Bienvenido a Roma, capital de Italia.
Su gerente de viaje y su conductor le recogerán en el aeropuerto. Tras una orientación panorámica de la "Ciudad Eterna", se dirigirá a su hotel para cenar y pasar la noche.
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Día 2: Recorrido por Roma imperial
Según lo que se cuenta en Hechos 2: 28 del Nuevo Testamento, San pablo llegó a Roma como prisionero encadenado. Arrestado en Jerusalén y encarcelado en Cesárea durante dos años, el apóstol apeló al emperador Cesar, sufriendo posteriormente de un naufragio durante su envío a
Roma para ser juzgado por el mismísimo Cesar. Pasó otros dos años bajo arresto domiciliario antes de ser liberado, tras lo cual estuvo viajando y pudo redactar dos epístolas antes de su encarcelamiento final en la prisión romana de Mamertina.
Este segundo día de su viaje, su recorrido empieza en el gran Coliseo Romano para luego proseguir con una corta travesía a pie del Foro Romano, hasta acudir al Arco de Tito, construido por el emperador romano Domiciano hacia el año 80 d.C; los relieves del arco conmemoran el
triunfo del emperador Tito sobre los judíos, el saqueo de las inmensas riquezas del Templo de Jerusalén (conocido como Templo de Herodes) y su total devastación en el año 70 d.C.
Ha de señalar que Jesús había predicho la destrucción del Templo y de Jerusalén, según sus palabras que aparecen en Mateo 24: 1-2.
Su recorrido continuará visitando la Cárcel Mamertina donde estuvieron encarcelados San Pablo y San Pedro. Luego contemplará el Panteón de Agripa y explorará la Plaza Navona antes de visitar la Fontana di Trevi; fuente monumental de estilo Barroco y belleza imponente, cuyo
origen se remonta al siglo XVIII.
Posteriormente, tomará su cena en el hotel que se hospedará durante el resto del día.
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Día 3: Recorrido por Roma Cristiana
A lo largo de esta mañana, visitará los Museos Vaticanos que salvaguardan uno de los mayores patrimonios artísticos a nivel mundial que ha ido reuniéndose por los Papas a partir del siglo XVI y que incluye la Capilla Sixtina y la Basílica de San Pedro.
En el Circo de Nerón donde se ordenó por parte del imperador de martirizar a los cristianos, acusándoles de culpables tras mandar en su delirio el incendio de Roma, es precisamente donde descansa actualmente la Plaza de San Pedro.
El obelisco egipcio, ubicado en la plaza, fue trasladado y re-erigido en su lugar actual en el año 1586, bajo las órdenes del Papa Sixto V.
Es conocido como el "testigo mudo" de la tortura y crucifixión del apóstol San Pedro al revés, cabeza abajo por petición propia, ya que no consideraba digno de ser crucificado en la misma medida que su Señor (Juan 21: 18-19).
Se considera actualmente que las reliquias de San Pedro se encuentran en las grutas vaticanas, bajo el altar papal de la plaza de San Pedro.
Tras su visita se desplazará hasta Nápoles, su lugar de embarque en el crucero, que disfrutará a bordo de la nave MSC Europa.
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Día 4: Visita a Siracusa (Mesina)
Según se testifica en Hechos 28: 11-12; "[...] y después de tres meses partimos de Alejandría en un barco que había invernado en la isla, cuyo signo era Castor y Pólux, y desembarcando en Siracusa nos quedamos allá tres días [...]"
Durante este día atracaremos en la isla más grande de Italia y del mar Mediterráneo que posee de una historia impresionante y visitaremos a Siracusa; extraordinario patrimonio histórico y espléndida ciudad costera que fue visitada el año 59 d.C por el apóstol Pablo para iniciar la
predicación cristiana en su viaje a Roma.
Acorde a la tradición, la excelsa figura de San Pablo proclamó el Kerigma del Evangelio haciendo uso del griego antiguo (la lengua vernácula de la Sicilia Romana), en vez del latín, justamente en el lugar donde se concentran las Catacumbas de San Juan que contienen más de 20 miles
de tumbas paleocristianas.
Aunque la estancia del apóstol en Siracusa con el fin de extender el cristianismo no hubiera durado más de tres días, no cabe duda de que fue el precursor del cristianismo primitivo en Sicilia, predicando probablemente ante la existente comunidad judía en la ciudad. Debido a su breve
estancia, no se evidencia ninguna epístola paulina redactada con la intención de que sea dirigida a la comunidad eclesial local.
Como es bien sabido y ha quedado documentado, su viaje misionero prosiguió hacia Reggio Calabria, Pozzuoli (ubicado a corta distancia de Nápoles) y luego a su destino final, Roma.
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Día 5: Arribo a La Valeta, Malta
La República de Malta, archipiélago formado por tres islas ubicadas en una zona estratégica en el centro del mar Mediterráneo, constituye uno de los Estados soberanos europeos más densamente poblados debido a su mínima extensión.
La ciudad fortificada de La Valeta, declarada Patrimonio de la Humanidad, está repleta de sinuosos callejones, catedrales, palacios y museos que preservan tesoros históricos y culturales, marcados por el pasado transcendental de la Orden de Malta, que le esperan para desvelar cientos de
secretos y compartir su riqueza monumental.
Según lo narrado en los capítulos 27 y 28 de los Hechos de los Apóstoles, en otoño del año 60, mientras el apóstol Pablo era trasladado en una nave como preso desde Creta hacia Roma, sufrió de un naufragio en una de las costas maltesas que actualmente lleva su nombre.
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Día 6: Viaje en el mar Mediterráneo durante el día
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Día 7: Explorar a Tarragona (Cataluña)
San Pablo, apóstol de España
En este séptimo día de su viaje el crucero atraca en Barcelona, capital de Cataluña, una región del Norte de España aclamada internacionalmente por su amplia diversidad cultural.
La excursión de hoy le brindará la oportunidad de visitar la ciudad costera de Tarragona, de pasado romano, historia medieval y tradición catalana.
Teólogos e historiadores constatan que el apóstol Pablo estuvo en Tarragona tras ser exiliado, también afirmado por la tradición local.
En el punto más alto de la acrópolis de la ciudad, concretamente en uno de los claustros del edificio del Seminario, se alza una capilla construida en el siglo XIII.
Según una devota tradición, la predicación del apóstol justamente tuvo lugar en la roca sobre la que se erige la ermita.
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Día 8: Marsella, Francia
Hoy atracamos en la mediterránea, multicultural y vanguardista ciudad foceana de Marsella, ubicada en el corazón de la Costa Azul, al sur de Francia.
Hospeda la emblemática Basílica de Nuestra Señora de la Guarda, dedicada al culto católico y coronada por la gran estatua dorada de la Virgen María en la cúspide de su torre.
Considerada guardiana e icono de la ciudad, esta iglesia de estilo románico-bizantino fue construida por el arquitecto francés Henri-Jacques Espérandieu entre 1853 y 1864 en la cima de una colina a corta distancia del Puerto Viejo de Marsella, brindando
vistas panorámicas impresionantes de la ciudad.
Tras su arribo al puerto de Génova, aprovechará la ocasión para recorrer a pie el espléndido casco antiguo de la ciudad, que por cierto es el más grande de Europa y catalogado como Patrimonio de la Humanidad para preservar sus encantos únicos.
Explorará el cautivante laberinto de sus estrechos callejones medievales (carrugi) que albergan suntuosos palacios erigidos durante el Siglo de Oro (entre los siglos XVI y XVII) por las más ricas y poderosas familias de mercaderes de Génova, convertidas actualmente en museos y
galerías de arte.
No desaproveche la oportunidad de visitar la Catedral de San Lorenzo de arquitectura medieval y de estilo gótico, el Palacio Ducal de estilo neoclásico, como también la Vía Garibaldi, conocida como la "Vía Áurea", donde destaca la presencia de una
amplia muestra de palacios grandiosos construidos a lo largo del siglo XVI.
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Día 10: Desembarco y visita a Pompeya
Durante este día, estará de regreso a Nápoles, una ciudad vibrante y abrumadora, encaramada sobre la rocosa bahía que se cierne por las laderas del monte Vesubio y que ejerce de capital de la región de Campania.
Visitará el puerto de Pozzuoli donde San Pablo atracó con su barco navegando como preso desde Malta a Roma. A continuación, viajará por tierra hacia las ruinas de la antigua ciudad de Pompeya, que data casi de la época en la que el apóstol había vivido.
Sepultada por la gran erupción del monte Vesubio en el año 79 d.C, fue descubierta en el siglo XVI.
Contará con la oportunidad de recorrer una gran cantidad de edificios de una ciudad que en aquel entonces fue espectacular, contemplará algunas casas de las más lujosas, adornadas con frescos y mosaicos, e incluso podrá observar algunos de los cuerpos que fueron ocultos bajo las
cenizas.
Posteriormente, se desplazará hasta Roma para pasar su noche.